Victoria Villarejo era la mujer de Juan Temboury, un intelectual al que los malagueños deben mucho por su incansable trabajo inventariando y estudiando el patrimonio histórico artístico de Málaga y su provincia y que tuvo un papel destacado tras la guerra civil en la rehabilitación y conservación de edificios singulares y monumentos de la ciudad.
Juan Temboury murió inesperadamente a mediados de los años 60 del pasado siglo, dejando su obra inconclusa y un legado archivístico y bibliográfico de gran valor. Poco tiempo después de su muerte Victoria Villarejo, viuda y con 5 hijos a su cargo, recibió una generosa propuesta de compra de una Universidad Americana muy interesada adquirir este fondo. Esta decidida mujer rechazó la oferta y años más tarde donó gratuitamente los fondos a distintas instituciones de la ciudad de Málaga: La Diputación Provincial, la Universidad, Casa Natal y el Museo Picasso.
Tuve el placer de conocerla en el año 2004 cuando bordeaba la centuria y con mente clara y voz firme me contó esta historia. En aquel momento yo era la responsable de la Biblioteca y el Archivo del Museo Picasso por lo que participé intensamente en todas las etapas del proceso de donación de la correspondencia de Juan Temboury con Jaime Sabartés, secretario de Picasso, un archivo de 140 documentos que posteriormente fueron escaneados y clasificados y que se pueden consultar en la Biblioteca del Museo.
El pasado 27 de diciembre de 2011, dos días antes de su muerte a los 106 años, recibió la medalla de oro de la Diputación de Málaga que le fue entregada a su familia el pasado 26 de abril en un acto institucional en la Cueva de Nerja. Ajena a esta ceremonia, paralelamente, yo incluía su historia de compromiso y generosidad en una charla en las V Jornadas Técnicas de Archivos de la Administración Local. Me sorprendió el hecho y por un momento me sentí identificada con la teoría de las coincidencias de Paul Auster, fue por eso que decidí hacer este post como un pequeño homenaje a su memoria. Mecenas que anteponen los intereses colectivos a los personales son un ejemplo a seguir, como historiadora y profesional de la gestión de la información merece todo mi reconocimiento. Victoria gracias una vez más.
Vale
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